Canto a Luna

Canto a Luna

Una noche de blanca Luna
bajo un longevo ciprés,
una estrella del cielo habló.
Mirad hacia arriba todos,
¿La veis?
Se llama Luna.
Más anciana que la tierra.
Que satélites y estrellas.
Casi tanto como el astro Rey.
La más bella sin duda es.
Cuatro ciclos hay en ella,
cuatro como estaciones el año tiene,
cuatro que marcan eras,
cuatro que mueven mares.
Cuatro que cambian vidas.
Pues hay situaciones en ella
que aunque no lo parezca,
Sin dudarlo a Luna están ligadas.
Los mares e incluso nuevas vidas,
pues gran parte de ellas,
por no decir todas,
con cambios de Luna nacen.
¿Quien no se ha quedado
alguna vez de Luna prendado?
Mirándola, observándola,
preguntándose porque tan hermosa es?











Yo, Estrella, día tras día,
la contemplo y nunca la misma es.
Su rostro cambia,
aunque no envejece.
Es como una buena y gran amiga.
Sabes que siempre allí estará.
Aunque de noche solo la veas brillar,
aunque parezca que se desvanecerá.
Nunca lo hará,
es como la Puerta de Alcalá,
pues ahí está viendo el tiempo pasar.
Y deseo que así siempre sea.
Pues las noches oscuras, de tinieblas,
en las que nos parece que todo se turba,
si miramos al cielo y vemos
un simple rayo de Luna,
sin quererlo, sin darnos cuenta siquiera,
nuestra cara se ilumina y sonreímos
como si supiéramos que a pesar de todo
incluso cuando escondida esta
nunca nos abandonará.
Pues es nuestra brillante amiga,
y siempre nos acompañara.
Para ti Luna
Por guiarnos en la oscuridad.